lunes, 18 de octubre de 2010

La Evaluación Educativa desde la Educación Bolivariana

La evaluación se ha convertido en los últimos tiempos en un tema recurrente, tanto en el debate didáctico como en las preocupaciones de los distintos niveles que integran la vida escolar, sin embargo para muchos es un tema de difícil solución y de difícil acuerdos, pero indudablemente nos compromete diariamente en los desafíos de la tarea de educar. Siendo la educación una práctica social y la evaluación uno de sus principales actos que se lleva a cabo en las instituciones educativas, debemos abordarla desde distintos aspectos: ideológicos, sociales, pedagógicos, psicológicos y técnicos. Es por ello que la evaluación educativa representa una de las áreas más complejas en el campo de la acción docente y sustenta que el propósito fundamental de la educación es verificar en qué medida los objetivos se han alcanzado. Por lo tanto a partir de la evaluación, es posible estudiar el proceso enseñanza-aprendizaje; es por ello que, abordar la problemática de la evaluación, es enfrentar las fallas fundamentales de un sistema educativo. En la actualidad la evaluación es uno de los temas con mayor protagonismo del ámbito educativo, y no porque se trate de un tema nuevo en absoluto, sino porque administradores, educadores, padres, alumnos y toda la sociedad en su conjunto, son más conscientes que nunca de la importancia y las repercusiones del hecho de evaluar o de ser evaluado. En este tema es necesario establecer la diferencia que marca la evaluación tradicional con la evaluación bajo el Sistema educativo bolivariano, ya que la evaluación  tradicional  incide en todo el proceso de aprendizaje del ser humano y en el modelo de institución educativa. Por eso, es necesario que se mejore la forma de entenderla y de practicarla. Ahora bien, la mejora no viene de un perfeccionamiento matemático de los instrumentos de medida, sino de la internalización, reflexión y transformación de su valor y de su uso.  En base a esto, se requiere de un nuevo enfoque de la evaluación que signifique dejar atrás el modelo tradicional, e ir hacia un enfoque de la evaluación orientado a la valoración como reflexión crítica de los procesos de aprendizaje. En tal sentido, se sugiere durante el proceso de evaluación, lo siguiente: Utilizar estrategias de evaluación apropiadas a cada situación particular de interés en función de las potencialidades a desarrollar por la y el estudiante.  Registrar e  interpretar en forma objetiva  los resultados de las evaluaciones. Usar los resultados para tomar decisiones sobre cada estudiante y para reflexionar sobre la efectividad de  las estrategias de aprendizaje utilizadas.   Sistematizar el proceso de evaluación que le permita entender al docente, qué y cómo  están aprendiendo los  y las estudiantes. En definitiva, evaluar todos y cada uno de los elementos que inciden en el  proceso de aprendizaje, permitirá abordar al ser humano con una visión integral, en equilibrio con los componentes curriculares y el contexto sociocultural. La concepción de evaluación que se ofrece es propicia para lograr una participación plena y efectiva de la familia y demás miembros integrantes del contexto social e invita al docente a reflexionar en relación a la metodología empleada, con el fin de que reconsidere, reoriente y mejore su praxis educativa, a objeto de garantizar la permanencia de la y el  estudiante en el Sistema Educativo Bolivariano. En este sentido, se presentan las siguientes orientaciones para llevar a cabo la evaluación de los aprendizajes de los y las estudiantes, para que el  docente tenga una guía que le permita llevar con éxito este proceso profundamente humano, tomando en cuenta su carácter de flexibilidad, ya que se adapta a todos los subsistemas educativos.     

De acuerdo con Pérez y Espinoza (ULA, 2003) la formación docente, debe enfocarse desde 5 aspectos: Formación ética, Formación pedagógica, Formación científica, Formación humanística y Formación tecnológica. Según los fundamentos de los programas nacionales de Formación, se espera del docente actuar como agente transformador del sistema educativo universitario, es decir que el profesor-facilitador aborde con propiedad nuevos paradigmas, apuntando a la visión de educación con calidad, en este marco de transformación  educativa, debe tomarse como norte el desarrollo integral del hombre dentro de una línea bidireccional (participante-profesor) donde los dos actores utilicen diversas fuentes de información que, impulsen acciones de investigación y comprendan los principios de desarrollo integral que les permita convertirse en miembros activos de la comunidad. En la formación del profesor debe incluirse las actividades de investigación como parte fundamental en su quehacer y de acuerdo al nuevo perfil, materializado en conocimiento  profundo, habilidades, destrezas para manejar nuevas tecnologías. En este sentido se considera la formación docente desde una perspectiva integral que, entre otros aspectos involucra la adquisición de competencias tecnológicas consideradas como una necesidad de uso y aplicabilidad en pro del enriquecimiento educativo y su comprobada influencia positiva de la práctica docente hacia una mayor autonomía del estudiante.
En este sentido  la perspectiva de una democracia de todos y para todos, la educación requerida se asume como un derecho humano y un deber social de toda persona, sin discriminación de ningún tipo, haciendo particular énfasis en los sectores históricamente más vulnerables, en un mundo globalizado por el neoliberalismo en el que el mercado impone con brutal violencia su verdad única, la propuesta bolivariana venezolana emerge como una esperanza nacional de redención de un país que fue quebrado en sus raíces valorativas, culturas sociales, políticas, es decir, en su esencialidad democrática. Allí está la dialéctica ficción-realidad. En la perspectiva de una democracia para todos y de todos, la educación de calidad se asume como un derecho humano y un deber social de toda persona, sin discriminación de ningún tipo, haciendo particular énfasis en los sectores más vulnerables que han sido ignorados históricamente; de allí la pertinencia de la equidad como principio ético político.
En nuestra sociedad necesitamos sujetos capaces de reconocerse, aceptarse y amarse tal como son, pero también que sean capaces de verse reflejados en sus congéneres, con la capacidad de ser solidarios, de sentir y dar apoyo ante el dolor ajeno, de preocuparse y ocuparse de las carencias de sus compatriotas. en otras palabras que asuman el rol que le corresponde en el proceso transformador de nuestra sociedad, pero con conciencia, con ética, aplicando la lógica, el razonamiento, con capacidad de discernir, dialogar, siendo un sujeto de conciliación, mediación, con los valores sociales como bandera. El educador bolivariano debe fomentar el análisis y la crítica de los conocimientos, teorías y técnicas, el dialogo, la discusión y creación de nuevas alternativas de solución de problemas sociales, pero debe también promover el trabajo social voluntario, el contacto con el entorno, con la realidad social, eso es lo que llevará al nuevo republicano y nueva republicana a la toma real de conciencia social, teniendo conocimiento por vivencia propia de la realidad social que nos rodea, siendo esto la máxima expresión de la conciencia social.
La Educación bolivariana, como concepción y como práctica, no puede entenderse con un significado homogéneo e invariable sino como un concepto histórico, con tendencias y contenido para la normalización y el disciplina miento o una herramienta potenciadora de las capacidades creativas para la emancipación de hombres y mujeres. Esta debe romper con los paradigmas de la educación tradicional, debe trascender algunos paradigmas que tributan contraproducentemente a la formación integral del nuevo republicano y nueva republicana, para lograr este objetivo se hace necesario contar con maestros que ejerzan dicha función bajo el compromiso y la flexibilidad de su rol dentro del proceso de enseñanza aprendizaje, el cual, se sintetiza afirmando que éstos no son los/as protagonistas sino uno de los actores y actoras fundamentales de este proceso; tomando en cuenta que en el también participan la familia y la comunidad. En fin, debe promover el dominio de las formas como se adquiere el conocimiento.La transformación de la escuela venezolana, y su rescate como el espacio público más importante que debe ser salvado para que se produzcan verdaderos encuentros de saberes y de convocatorios comunitarios, pasa necesariamente por disponer de un educador responsablemente preparado, que tenga conciencia crítica y formación profesoral para la tarea imponente de formar ciudadanos integrales que se apeguen a la construcción de una República inclusiva. De allí la importancia de formar un nuevo docente comprometido políticamente con el proyecto de nación.
Para culminar es importante resaltar a los ¡Profesores y profesoras, que nuestra responsabilidad es inmensa en este sentido!  En caso de existir dudas al respecto, es fundamental  reflexionar en torno a algunas palabras expresadas por el gran humanista, don Mariano Picón-Salas:
"Lo que se presenta como mera información, como ajeno y externo al hombre mismo, como puro adorno y dato muerto para el espíritu, es lo que tiene menos validez en un proceso educativo".

1 comentario:

  1. Hola Compañera. Me place que hayas logrado tu publicación. Te felicito. Eso dice mucho de la disposición y el interés que le pusimos a la misma. Ya experimentamos lo fácil que resulta y lo que significa para el proceso Enseñanza-Aprendizaje. Al menos para mi es una novedad, pues no había incursionado en el mismo. Gracias a la profe Jennifer por poner esa herramienta como una asignación por realizar. En cuanto a lo publicado me pareció bien importante. Pronto te enviaré el mio.Dios te bendiga.

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